domingo, 29 de marzo de 2009

PRISIONES por Alix Rosales



Hoy me he levantado con un mal humor. No tengo deseos de nada, ni de lavarme, vestirme, nada, como de costumbre. Andrés se ha ido, mejor, no me apetece verlo de ronda por la casa. No aguanto sus lamentos cotidianos, sus frustraciones y sus discursos. Estoy en la cama pensando, si, también yo pienso, pero no sé si existo. Depende. Pienso en qué no quiero hacer nada...Oh! si que quiero hacer algo, llevo una semana pensando en que tengo que responder a una carta. ¡Una semana! que me propongo escribir una bendita carta. Una miserable carta, con un montón de palabras que se niegan a salir de mi cabeza, porque la voluntad es algo que desconozco. ¿Voluntad? Tendré que buscar el significado ¿Y quien quiere investigar? Yo no.

Andrés se fue, lo imagino en sus movimientos tan previsibles. Primero pasa por el quiosco de periodicos para comprarse uno de esos que anuncian con letras enormes las oportunidades. Después, sentado en el café de la esquina hará los circulos en los anuncios. Y comenzará a hacer sus llamadas con el móvil. Qué triste espectáculo. Si no anda con el pie izquierdo le darán citas para el mismo día e irá al encuentro con lo codiciada oportunidad. Mis suegros con sus jubilaciones pagan el consumo teléfonico, el café, la ropa para la “buena presencia” y la gasolina del coche.., ¡y los periódicos!

Cuando no sale de casa, los dos gallos no pueden estar en el mismo gallinero: discutimos, nos herimos, nos pedimos disculpas cuando nos da la gana. Nos quedamos cubiertos de mutismo. A veces él amenaza con dejarme, pero yo sé que es muy cómodo, no se irá, la casa es mía, el coche es mío, el perro también. Para poder convivir en santa paz cada uno busca estar lo más alejado posible uno del otro, entonces él se pone a navagar en internet todo el día, la excusa es la misma: el trabajo, el paro, la crisis que no acaba. Yo sé que también juega videos, y me hago la vista gorda, sé que con mi absoluta presencia lo molesto, pero qué hacer ni yo misma me soporto. Desde el principo de la relación sabía que a parte de mí, él tenía otras intenciones, económicas, es obvio. Mi padre fue Juez y con su trabajo la familia estuvo muy holgada. No quiero ser tan mal pensada, algo de mí le habría gustado: el color de mis cabellos, mi sonrisa. Es un periodo donde ambos atributos no me pertenecen, tengo algunas canas y mi sonrisa es una mueca.

Entonces, qué hago hoy. Primero voy por combustible humano y después veamos si las neuronas —creo que todavía las tengo, no las he perdido como mi bella figura- se ponen a disposición y configuramos mi jornada. Mi jornada, como si fuera así de interesante y amena, llena de compromisos, ¡llena de deudas, eso si! La casa parece como la de los Monsters, con las telarañas incluidas. El perro tiene el patio que es un asco. Yo misma estoy hecha un asco, me niego a mirarme al espejo. Nada tiene sentido. No existo. Pero tengo que escribir esta bendita carta. Ahora bien, quién quiere escribirla si es más fácil escribir un correo electrónico; además mi caligrafía es vergonzoza, y hace mucho tiempo que no escribo nada con mi puño y letra, así que es mejor con el ordenador, pues al paso que voy creo que haré demasiados tachones. Bien, otro café para rebobinar, la carga de cafeína es indispensable para la salud y un poco de agua fresca en la cara.

Querida Xiomara:
¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos? Lo sé, como doce años...son muchos. Apenas recibí tu carta me inundé de gratos recuerdos, de tiempos estupendos en la universidad. Qué bien, qué alegría saber de ti. ¡Cómo es posible...has recordado la dirección de mi casa paterna! Memoria de elefante como siempre.

¿Y para qué me escribes después de todo este tiempo?, ¿para bofetearme con tu vida magnifica?

¡Qué guai!... vives en Tenerife, es un paraiso de Europa. Imagino el encanto del lugar, sencillamente mágico. Y a ti y tu familia la vida os ha tratado con benevolencia. Tu trabajo allí es un sueño, qué suerte, fue acertadisimo que estudiaras Idiomas y trabajes con turismo, es un paseo tu trabajo, es como vivir de vacaciones todo el tiempo. Tus niñas son bellas y ¡tremendo galán de telenovelas con el que te casaste!, pero lo que más me llena de contento es que sea un excelente padre y marido, según me cuentas en tu testamento-carta interminable. Me has hablado tanto de él, que creo que ya lo conozco en intimidad. Y qué mejor que un marido que tiene varias agencias de viajes, como anillo al dedo, querida. Gracias por las fotografias. Una pregunta ¿esa es tú casa? Estupenda, ¿qué decirte? ¡Maravillosas todas las fotografías!

Es obvio, quieres apuñalarme con la envidia, yo sigo aqui, en la misma ciudad, con la misma gente...y con mi mala suerte. De hijos ni hablar, fueron un viejo proyecto al que le fue colgado un cartel: clausurado. Yo no tengo trabajo, tengo una etiqueta en la frente que dice: “fracasada, no debiste estudiar jurisprudencia, no hay ley que te salve”. Que mi padre tenía razón en querer que estudiase “educación preescolar”; porque su visión de mí era la de maestrica a sueldo precario, pero fijo. Y qué te cuento, ahora se niega a ayudarme, a ubicarme con cualquier conocido para una plaza, prefiere tener que mantenerme a la idea de ayudarme como se debe. Qué quieres que te diga, por dónde empiezo a hablarte de mi. Vivo fosilizada en mí misma, me interrelaciono con Bernard, mi perro, y con la tele y cualquier libro si me vienen las ganas, claro. Sabes que he adquirido a Andrés, sólo a él, en todos estos años. Y mira que no siento envidia por tu isla para tu información Tenerife queda al lado de Africa, otra cosa es Europa.

Pues amiga, de mi te cuento que estamos bien, la salud es lo primero. Vivimos en la casa que nos ha regalado mi papá cuando nos casamos, en San Javier del Valle, en el sobre tienes la dirección. Si deseas enviarme algún mensaje mi dirección electronica es: girasolesamarillos@mail.com, sabes que me dará gusto el que me escribas. Es muy bonita la casa y la zona dónde se encuentra, lástima, no tengo fotos, prometo que te las mandaré apenas pueda... Te mando una foto de Andy (Andrés) y mía...así lo conoces.

Claro, una foto de nuestros días felices, cuando no me consolaba comiendo y tenía mi talla perfecta, no quiero que me veas convertida en un cuadro digno de Botero, de 98 kilos al minuto.

Andrés tiene muchos proyectos, podríamos planear visitarte. Me muero de ganas por abrazarte. Pero me daría lastima dejar a Bernard solo, y mi padre no se haría cargo de él por tanto tiempo. Si lo ves te enamoras es un Shetland pastor. Andrés me mima mucho, no quiere que trabaje, dice que me estreso y él quiere encontrarme en casa a la vuelta del trabajo. De hecho no me molesta estar en casa, tengo un patiecito con flores, encantador, cuido de Bernard, tengo otras dos mascotas, un canario y una tortuga. En suma, me la paso bien. En ratos libres visito a mi padre, no sé si lo sabes, se quedó solo, nos hemos quedado solos. Los domingos los pasamos juntos en su casa o en la mía, siempre en familia.

¿Cuáles proyectos? Uno es seguro: el de amargarme la vida. Y no me creas tan animalista, tengo a Bernard porque no quiero hundirme en la soledad total. Si..., ya voy a buscar más lidia con otros animales, ni más faltaba... Y mi padre, no viene nunca a mi casa, y las pocas veces que ha venido es para criticarme, encender incendios forestales. Yo soy la que va a su casa, a comer y a pedir dinero. Confirmo que se siente desilucionado de mí, mi carrera, de mi vida, que no fui capáz de realizarme. Su rabia me hace perder la razón y precipito en un mar de desesperación. Cuando llego a casa Andrés contra-ataca sobre todo si se da cuenta que el dinero que me ha dado es poco, lo necesario para pagar gastos. Y mucho más si recuerda que he perdido un bebé por negligencia hospitalaria porque no fui atendida en una clinica privada. Sólo Dios sabe si fue una ayuda o una desgracias haberlo perdido. ¡Dios, ¿es justo que mi papá se comporte así conmigo?...

Qué pena que tú te encuentres lejos y tus padres no pueden compartir un domingo contigo y tu familia, todos juntos. Tu siempre tan independiente, ¿no los hechas de menos? Muero de miedo cada vez que se me cruza por la mente la idea de poder perder a mi padre o alejarme de él por un tiempo indeterminado. Soy una hiedra que me tengo que trepar de él.

Si, un muérdago, una parásita que logra extraer de él su sustento. El último empleo que tuve fue hace dos años, trabajé para una Agencia de Financiamiento, filial de un banco; recuperar créditos era mi labor, con mi forma de ser no soy, para nada, apta. Presentarme en las casas de esa pobre gente o amenazarlas por teléfono, personas como yo que no logran pagar sus deudas ni llegar a fin de mes para pagar sus gastos.

Y qué te digo de mi marido, somos siameses. Somos muy felices, gracias a Dios. Después de todo, cada uno es como es y cómo le ha tocado vivir. Amiga, te quiero mucho, os mando bendiciones a todos y hasta la próxima. Besos,
Simona

Si, muy felices... ¡felicisimos! Con grado superlativo. Mi cuadro familiar está para un pedestal. Mi psiquis ha entrado en un estado patológico y tengo varios psiquiatras en fila para psicoanalizarme, más no, esa “ayuda” se paga, no puedo darme el lujo. Sufro de bulimia, lo sé, hay otros en el mundo que sufren de anorexia ¡y les pagan por ser anorexicos! Toda mi gordura me ha costado mucho dinero y sufrimiento. Me siento impotente, una niña envuelta en carnes, una prisión de carnes pobladas de grasa. La prisión intima de un marido que no me desea, no me ama, y al que sueño todavía de mi mano, acariciándome y besándome el rostro, como en los viejos tiempos... Vivo entre la prisión de mi soledad, el desencanto, el fracaso, el desamor, la humillación. La dificultad económica es un microscopico problema. Tengo que reconocer que cuento con un bien inmueble, que muchos en el mundo están sin piso ni techo. No tengo mucha fe en que las cosas mejorarán y vendrán tiempos mejores...como se suele decir. No me ha llegado la noticia de que Dios haya muerto, y que me ayudará no sé cuando...espero por eso. La sociedad me condena, espero que Dios no. Por el momento sigo aprentando los dientes para soportar y esperar el fin de esta etapa tan siniestra. C’est la vie!
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